A muchas personas, al mencionarles la palabra “dieta”, se espantan y creen que solo les permitirás comer lechuga y agua. Esta es la connotación que comúnmente se le ha dado a la palabra.
En revistas, blogs y redes sociales, encontramos constantemente la nueva “dieta de moda”. En muchos casos, la alimentación propuesta es escasa, por lo que se asume que al seguir una dieta, padeceremos hambre. Por ello, considero relevante entender qué significa realmente «dieta» y cómo podemos determinar si es adecuada.
Según la Norma Oficial Mexicana-043-SSA2-2012 (Servicios Básicos de Salud. Promoción y educación para la salud en materia alimentaria. Criterios para brindar información), la definición de “dieta” es el conjunto de alimentos y platillos que se consumen a diario, constituyendo la unidad de alimentación.
Esto significa que todo lo que ingerimos diariamente es nuestra dieta, sin importar si se trata de carbohidratos, proteínas o grasas. Por ende, seguir una dieta no implica sufrimiento.
Al acudir al nutriólogo, lo ideal es realizar un cambio en nuestra alimentación. Al principio, se le denomina «plan de alimentación», con el objetivo de que este nuevo régimen se convierta en un hábito a largo plazo, permitiéndonos disfrutar lo que comemos.
La misma norma también detalla las características de una dieta correcta:
• Completa: Se busca que en cada comida se incluya al menos un alimento de cada grupo alimenticio, garantizando todos los nutrientes necesarios.
• Equilibrada: Dado que cada individuo es único, es esencial que todos los nutrientes mantengan una proporción adecuada entre sí. No podemos subsistir únicamente a base de proteínas, carbohidratos o grasas; es esencial encontrar un equilibrio.
• Inocua: La dieta no debe representar un riesgo para la salud del consumidor, ya sea por estar en mal estado, contener contaminantes o tener un exceso de algún nutriente.
• Variada: Es recomendable consumir una diversidad de alimentos en cada comida. Experimentar con diferentes preparaciones puede cambiar la percepción sobre ciertos alimentos.
• Suficiente: Debe cubrir todos los requerimientos nutricionales del individuo, evitando deficiencias y asegurando un desarrollo óptimo en el caso de los niños.
• Adecuada: A mi juicio, es la característica más crucial. La dieta debe adaptarse a los gustos, preferencias, creencias, religión e incluso posibilidades económicas del individuo, sin sacrificar las demás características.
Si deseas cambiar tus hábitos alimenticios por diversos motivos, es vital considerar estas características, que pueden complementarse de diversas formas, como con una adecuada suplementación. Pero recuerda, siempre es fundamental hacerlo de la mano de un profesional con el que te sientas en comodidad.