Los objetos transicionales ocupan un lugar central en el desarrollo de un niño pequeño, eso explica Donald Winnicott. Para el autor psicoanalista, la constitución de la pauta de un objeto transicional será crucial para un desarrollo emocional normal.

En este artículo, nos adentraremos en las ideas del ya mencionado autor, explicando qué son los objetos transicionales, qué requisitos deben cumplir para ser elegidos y cómo colaboran en el decurso del crecimiento de un niño. Si quieres saber acerca de los objetos transicionales y su relevancia, sigue leyendo.

Un poco de historia

El psicoanalista inglés, Donald Winnicott fue quien introdujo el concepto de objeto transicional a la teoría, a partir de su observación de niños de corta edad. Adoptó la concepción de “transicionalidad” para explicar el uso que los niños dan a ciertos objetos en particular, y cómo esto incide en su proceso de desarrollo.

El concepto de objeto transicional fue adoptado para explicar la estructuración psíquica de las personas, cómo los niños sumamente dependientes de los demás acaban por convertirse en seres que se valen por sí mismos. Se enfoca, puntualmente, en el proceso de construcción de un sujeto social y en el reconocimiento de separación del niño respecto de su madre, como un ser individual.

¿Qué se entiende por “objeto transicional”?

La transicionalidad del objeto, implica la existencia de un espacio. Ahora, este no es un espacio cualquiera. El sitio al que da lugar el objeto transicional se da en el ámbito de la ilusión, pero una ilusión que permitirá al niño atravesar el “duelo” que implica reconocerse como un ser separado de su propia madre. Vamos a analizar detenidamente estas últimas líneas.

Como es sabido, los niños pequeños nacen sumamente dependientes de alguien más, de otro auxiliar en términos freudianos (recordemos que Winnicott pertenecía a la misma escuela que Sigmund Freud, psicoanalítica).

Bien, en cierto punto, este bebé dependiente de alguien más para subsistir debe desplazarse de esa posición y ganar autonomía y, desde esta teoría, esto no sucederá sino hasta que el pequeño se reconoce como un ser independiente, separado de su madre que atiende sus necesidades vitales.

En este contexto, el objeto transicional como un representante del pecho materno según Winnicott, es fundamental para el proceso de conformación de un individuo independiente.

El objeto transicional representa a la madre, pero no es la madre, y eso lo hace especial. Brinda un espacio de ilusión para que el niño pueda afirmarse como sujeto y relacionarse con otras personas. El objeto transicional es un punto intermedio entre lo subjetivo y lo objetivo, es un primer representante “no-yo”, pero tampoco es reconocido como totalmente externo al yo.

Así, los objetos transicionales, permiten que se produzca un pasaje desde la interioridad subjetiva a la exterioridad objetiva, la constitución del sujeto y su socialización con otras personas.

Características de la relación con el objeto transicional

Winnicott describe a la aparición de objetos transicionales como una pauta que necesariamente debe de producirse entre los 4 los 12 meses de un niño, estableciendo como excepción que, en ocasiones, el objeto de transición puede llegar a ser la madre misma.

Aclara Winnicott también que las pautas que se establecen durante la infancia temprana suelen subsistir durante la restante niñez, pudiendo así suceder, que un niño mayor, necesite de lo que fue su objeto transicional para poder dormir.

Puedes estar preguntándote, qué objeto podría llegar a tornarse un objeto transicional. Pues bien, de hecho, cualquiera puede serlo. Winnicott enumera una serie de características de la relación bebé-objeto transicional, entre las que menciona:

  • El objeto transicional es uno sobre el que el bebé adquiere derechos (será reconocido como suyo, y lo manipulará a su gusto).
  • El objeto es acunado con afecto, amado y mutilado.
  • No deberá cambiarse, a menos que el bebé decida hacerlo.
  • Asegura que, al bebé, debe de parecerle que este objeto cuenta con vitalidad propia.
  • Para el resto de las personas, el objeto proviene de afuera, aunque no es así para el bebé. Para él, este objeto transicional representa un punto intermedio entre lo subjetivo y lo objetivo, implica una transición de la interioridad del yo a la exterioridad de un mundo interpersonal.

Así, el objeto predilecto que ocupa el lugar de la transición entre lo interno y externo tiene un rol fundamental para la constitución subjetiva. Para Winnicott, un niño que no logra establecer la pauta de un objeto transicional probablemente esté perturbado en su desarrollo emocional.

También aclara que, gozando de buena salud, el niño no llorará ni olvidará al que fue su objeto transicional. Este último, simplemente, perderá significación.

La importancia de los objetos transicionales

Donald Winnicott dedica parte de su obra a describir los objetos o fenómenos transicionales (ya que estos podrían no necesariamente ser un objeto físico, sino también un fenómeno como una canción de cuna, o un ritual que el niño establezca).

Lo hace porque, considera, son cruciales para la creación de lo que llama “una zona neutral de experiencia” que no será atacada y siempre será importante para un ser humano.

La función del objeto transicional consiste en conformar la base de la iniciación de la experiencia, brindando al individuo la posibilidad de transición entre lo propio y lo ajeno, lo subjetivo y lo objetivo.

Habla acerca de una “zona neutral”, intermedia, ni propia ni de alguien más, que permitirá el paso del niño desde la ilusión de fusión con su madre a encontrarse con un mundo de seres ajenos a él, y a su constitución como sujeto individual.

Esperamos que este artículo te haya permitido comprender las principales ideas de Donald Winnicott y por qué la pauta de objetos o fenómenos transicionales es de suma importancia para el normal desarrollo emocional en una niña o niño.

Por galuvi

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