Si con algo positivo queremos iniciar el 2021, que sea con eliminar las malas ideas y malas prácticas que envuelven el ecosistema emprendedor.
Una de las grandes mentiras que se creen los emprendedores es que deben vivir la vida tomando riesgos, día a día. Qué concepción tan errada.
Los emprendedores no toman riesgos sin haber hecho un cálculo. Los buenos emprendedores realmente buscan minimizar los riesgos.
ENTIENDE A TU CLIENTE
Cuando tenemos una idea y decidimos emprender creemos que tenemos la solución mágica a un problema, nos sentimos protagonistas. ¿Y dónde queda el cliente? Debemos poner en el centro al cliente, hacerlo protagonista y presentarnos como el plan de acción para resolver sus problemas, debemos ser facilitadores y no protagonistas.
APUESTA AL MÍNIMO
Una cosa es poner todos los huevos en la canasta cuando hablamos de compromiso, pero no cuando hablamos del saldo en la cuenta bancaria. Analiza el riesgo, invierte el mínimo en sacar tu primer producto y sal a buscar a tus clientes, analiza el feedback que ellos te dan y mejora. Si haces esto apostando al mínimo, aunque tu producto sea un fracaso, habrás aprendido mucho y perdido poco.
ITERA RÁPIDO
¿Tu idea no fue recibida como esperabas? Esto no es el fin del mundo, haz cambios, pivota y vuelve a probar. Muchas veces nos aferramos a la idea o producto original, sin embargo esto no quiere decir que el público lo esté esperando y menos que esté dispuesto a comprarlo. Debes ser capaz de identificar hasta dónde insistir y cuándo es mejor tomar otra vía.
RODÉATE DE LOS MEJORES
Dicen por ahí que si quieres llegar rápido vayas solo, pero si quieres llegar lejos vayas acompañado. Aplica igual para los negocios. Rodéate de un equipo de emprendedores, de esas personas autodidactas, analíticas, aventadas y, sobre todo, leales. El equipo que elijas será el que llegará lejos contigo, elige sabiamente.
Intentar cosas diferentes no es lo mismo que tomar riesgos. Creíamos que sentarnos frente a un escritorio a esperar un sueldo “seguro” era la mejor decisión (sin riesgos), hasta que una pandemia le enseñó al mundo que el riesgo de que te corrieran de un día para otro, era latente.