Iarón Goransky tiene 64 años y junto a su esposa Cecilia practican deporte de aventura desde hace mas de 15 años. Son felices con lo que hacen y se sienten orgullosos de poder contagiar vida.
El despertador suena como todos los días a las 6.30. No hay objeciones ni protestas. Nunca lo hubieron. Agua, quince minutos de bicicleta física y a la ducha. Es viernes y a Iarón le espera un largo viaje a Valle Fértil.
La rutina no es en solitario. Es de a dos, como corresponde y como lo vienen haciendo hace mas 15 años.
Iaron y Cecilia. El con 64 años, ella, no corresponde decir la edad de una dama pero suma mucha juventud con experiencia.
Son un matrimonio feliz. Ambos son ingenieros. Iarón es químico y Cecilia, Civil.
Ya no hay hijos para cuidar, porque Irene, Anahí y Jeremías ya se recibieron de médicos y cada uno tiene su vida formada.
Lejos de caer en depresión, el matrimonio Goransky- Patiño optó por la felicidad. Se dejaron llevar por la pasión y juntos comenzaron una nueva etapa de su vida, seguro que es muy buena y lo disfrutan a diario.
Un día para ambos es cargado de obligaciones laborales que todavía siguen manejando y no piensan delegar por ahora.
Eso puede provocar estrés, sin embargo ellos están preparados.
Ambos despuntan el vicio del deporte aventura, del extremo, del que otorga una adrenalina especial y sobre todo del que disfrutan.
“Para el fútbol nunca fui bueno, me gustaba mucho la bicicleta y salía a pedalear cuando era mas joven. También me gustaba mucho correr. Nunca lo hice para ganar sino para ser feliz”, Iarón tirá la primera frase inspiradora.
Correr y pedalear solo para un objetivo que pocos buscan. Sin embargo eso es en época de invierno. En verano se anima a la natación en aguas abiertas y al kayak sin ningún tipo de problemas.
“Corrí el último pentatlón de San Juan. Lo hice a mi ritmo, tranquilo y disfrutando. No soy un profesional del deporte, no quiero serlo y no me gusta figurar en nada. Hago deportes porque me siento pleno y la edad no es un impedimento” remarca el jefe de una familia de profesionales en un viernes que lo vio muy activo.
“Hoy no pude entrenar porque recién vengo llegando a casa del trabajo. Pero en la semana ya tuve mi período de trabajo semanal con el profesor Alejandro Moreno” relató con total sinceridad Iarón.
Junto con su esposa comandan la empresa familiar que está en el rubro de la construcción.
Sus hijos ya le han remarcado en un par de oportunidades que le baje a las cargas de trabajo y deporte. Sin embargo Iarón se siente muy bien.
“Desde que trabajo con el profesor Moreno, cambió mi plan de entrenamiento. Antes estaba expuesto a lesiones. Hoy entreno de tal manera que siento la seguridad de que voy a salir a correr , caminar o andar en bici sin preocuparme” manifestó el sexagenario que no demuestra su edad.
Pero está claro que para llegar, no solo hace falta entrenamiento, dedicación y esfuerzo. Hace falta acompañamiento y para Iarón su esposa Cecilia es el pilar ideal en el que se sostiene su vida.
“Salimos juntos a correr, andamos en kayak y nadamos juntos. En la vida siempre es necesario tener una compañera de sueños. Cecilia es la ideal. Hemos corrido juntos pruebas atléticas pero ¿Sabés que es lo mejor que construimos como ingenieros? Una vida. Una familia unida y lo hicimos sobre la base de los cimientos mas importantes que un padre puede enseñar: la responsabilidad y el esfuerzo. Nadie te regala nada, lo tenés que buscar y si te lo propones lo conseguís. Nosotros conseguimos la felicidad. El deporte solo es una herramienta para seguirla manteniendo” concluyó un joven hombre que sabe como construir su felicidad.
Orden y respeto
Iarón tiene una rutina de entrenamientos que comparte con su esposa Cecicilia Patiño. Tres veces por semana en el gimnasio y en el fin de semana trekking y montain bike. En el verano también suma natación y kayak dos veces a la semana. A los 64 años tiene un plan de trabajo, alimentario y de salud que lo cumple a la perfección junto con su esposa.
Orgullo personal
Iarón Goransky es habitué de los acontecimientos deportivos en los cuales el deporte aventura está presente. De hecho participó del Pentatlón 2019. “No me preguntes como sali, preguntame si fui feliz. Claro que lo soy, me basta con terminar y encontrarme con mi familia” comentó el abuelo de Justina.