Terminar una relación amorosa puede ser uno de los procesos más dolorosos que vivir. Cuando una relación de pareja termina, no solo tenemos que elaborar la pérdida de esta persona, sino que también hay sueños, ilusiones y proyectos que desaparecen con ella. Volver a estar bien, no es sólo cuestión de tiempo, sino que es importante elaborar un proceso de duelo de una forma sana.

Muchas personas creen que después de esto ya no podrán volver a ser felices de nuevo o que se sentirán solos siempre. No hay que obsesionarse con esto, es necesario permitirse un tiempo para aceptar todos los cambios de nuestra nueva situación. Nuestro día a día no será igual y la vida continúa.

Tanto si la decisión de la ruptura ha sido tuya o no, acarrea experimentar muchas sensaciones, emociones y pensamientos. Algunas de las consecuencias pueden ser sentimientos de vacío, pensamientos obsesivos, no poder dejar de conversar con él/ella, no poder concentrarnos en otros aspectos importantes de nuestra vida, sentir intensa rabia, sentir intensa tristeza o sufrir ansiedad. No me malinterpretes, en los primeros momentos de la ruptura es normal sentirse así, nuestro cerebro está acostumbrado a tener esa persona cerca y de repente ya no está, pero poco a poco debemos gestionar lo que nos pasa para salir de ahí y rehacer nuestra vida de una manera adaptativa.

Causas por las que es complicado superar el fin de una relación de pareja

A continuación, te muestro 5 posibles situaciones por las que puede resultar más difícil superar el final de la relación de pareja:

1. No aceptas que la relación ha terminado

En ocasiones nos bloqueamos a nosotros mismos, diciéndonos que debemos estar bien, seguir como si nada hubiese pasado. Es importante aceptar las emociones y sensaciones que nos inundan. Es normal que sigamos sintiendo cosas por nuestra pareja. Puede que hayamos estado mucho tiempo juntos y todo lo que hemos sentido no desaparece de la noche a la mañana.

Compartir cómo nos sentimos con nuestros seres queridos ayuda en este proceso de pasar página. El hecho de apoyarnos en los demás nos permite aliviar la carga emocional y no hundirnos en lo que sentimos sin ver salida alguna.

2. No cortas contacto con esa persona

Como comentábamos antes, esta persona es alguien al que has querido y posiblemente sigas queriendo en este momento, pero estos sentimientos no desaparecen si seguimos manteniendo el contacto, por lo que es difícil olvidar y rehacer nuestra vida. Puede sonar fuerte, pero sí. Tomar distancia, sin contacto al principio y aprender a relacionarnos de forma diferente posteriormente. Por supuesto, esta distancia no será la misma entre dos personas que tengan hijos en común a personas que no tengan nada que las siga uniendo, por ejemplo.

Habréis pasado por muchas cosas juntos, os unirán recuerdos y puede que pienses “¿qué hay de malo en una charla?” Siento decirte que sí, que esta simple charla puede hacerte daño a ti o esa persona. Ahora mismo tenéis que elaborar un duelo, es decir, un proceso similar al que vivimos cuando muere un ser querido, aunque en este caso lo que muere es una relación. La persona sigue viva, pero si la tenemos siempre a nuestro alcance, nunca superaremos que ya no estemos juntos.

Primero ubícate de nuevo en el mundo, las cosas que te gustan, tus proyectos o asumir responsabilidades que depositabas en la otra persona, entre otras cosas. Después, desde el respeto y el cariño, podrás tener una relación de amistad con la otra persona si así lo deseáis.

3. Tienes muy presentes objetos y lugares que te lo recuerdan

Los objetos y lugares tienen el poder de evocarnos emociones o recuerdos, que nos provocan esas emociones. El primer regalo que hizo o el detalle de aquel libro que tanto deseabas tener pueden resultar dañinos en los primeros momentos. Si te hace daño, guárdalo, regálalo o tíralo.

¿Y si se lo devuelvo? Puede parecer una buena idea para que el otro no pierda ese recuerdo o porque sentimos la necesidad de que ese tiempo o dinero que invirtió no sean en vano. Pero ¿alguna vez os han devuelto un regalo vuestros ex? Puede ser algo doloroso o agresivo para la otra persona, no sabemos cómo está viviendo su duelo.

4. Lo idolatras

Puede que, al tomar distancia, tomemos también distancia con lo malo, eliminemos la convivencia que estaba dañada y vuelvan los buenos recuerdos. Recordamos aquello que nos gustaba de esa persona y olvidamos lo que nos llevó a la ruptura.

Puede que te hayas creído que ibas a comerte el mundo solo y que tus problemas se solucionarían, encontrándote que esas expectativas son falsas. No todos nuestros problemas son por una relación de pareja, la vida está llena de retos que superar. Dudar de las decisiones es totalmente normal, no existe una decisión correcta al 100% y estas expectativas que no se cumplen pueden llevarnos a ello.

Puede que te sientas que vales menos y que esa persona era todo lo valioso que tenías. ¿Qué has logrado en tu vida? Tus estudios, los retos superados, aquellos cursos de danza que no creías que ibas a poder hacer, el tocar un instrumento, el mejorar la relación con tus seres queridos, el salir adelante con tus problemas,… Haz una lista de cuáles son tus logros. Todo esto lo has conseguido tú, eres una persona valiosa, que no se te olvide.

5. Saltas a otra relación inmediatamente

En estos momentos necesitas cuidarte, mimarte y asumir roles olvidados. Si empezamos una relación con otra persona es algo precioso, pero nos estaremos olvidando de todo esto, cuando necesitamos autodescubrirnos y realizar ese proceso de duelo. Al comenzar una relación, es posible que comencemos a olvidarnos de nosotros mismos en algunos aspectos y estamos pendientes de otra persona.

Por galuvi

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