A unos días de su cumpleaños una persona me dijo, “ya han sido muchos años, como que ya me aburrí” y entonces me pregunté ¿cómo puede uno aburrirse si hay tantas cosas por hacer y la vida se va presentando tan distinta todos los días? Al menos siempre he pensado que me gustaría vivir muchos años, los suficientes para hacer una lista enorme de proyectos que traigo en la cabeza (es claro que no todo se puede hacer al mismo tiempo).

Y puede ser que los días, las semanas y los años nos parezcan lo mismo, que nada interesante, importante o trascendental suceda en mucho tiempo. Tal vez, la vida transcurre en esa estabilidad y tranquilidad tan anhelada en los momentos de tormenta, sin embargo no hay que perder de vista que la mayor parte del tiempo somos nosotros quienes hacemos de nuestra vida una aventura constante o el mismo paseo de siempre.

Se dice que no hay mayor locura que pretender resultados distintos haciendo las mismas cosas de siempre. También se dice que fácilmente nos acomodamos a la rutina y de una forma u otra al paso del tiempo nos encontramos haciendo las mismas cosas una y otra vez. Esto no supondría mayor problema si no fuera porque el aburrimiento, la mediocridad y la apatía pueden colarse a nuestra vida, con tristes efectos.

Por eso habría que estar muy al pendiente, observar si ya nos acomodamos en la rutina de ser los mismos (esos que venimos siendo desde hace algún tiempo), de la manera en la que siempre hacemos las cosas (hasta las pequeñas e insignificantes), de si los días nos parecen todos iguales y entonces plantearnos la posibilidad de un cambio. Conste que no estoy diciendo que te conviertas todos los días en alguien distinto que después hasta tú te desconozcas (y te desconciertes con ello), pero sí hacer pequeños cambios, los suficientes para que encuentres divertido levantarte todos los días y que además te permitan crecer, encontrarte renovado y mejorado de manera constante.

¿Qué otra cosa te gustaría hacer además de lo que regularmente haces? No importa si no te consideras hábil o con los conocimientos suficientes para ello, o que pienses que no tiene utilidad o que no tiene que ver con tu vida actual o con tu profesión. ¡Ve y hazlo!

Busca un nuevo reto. Aprende nuevas cosas. Tal vez te encuentres otros talentos y habilidades que nunca hubieras imaginado. Rétate todos los días, suma experiencias de todo tipo, sal de tu rutina y de tu vida habitual. Dile sí a la vida, disfrútala al máximo, no te aburras contigo mismo. Pregúntate ¿hoy qué puedo hacer diferente? Y no esperes. ¡Ve y hazlo!

Por Déborah Buiza

Especialista en Desarrollo Humano, con formación en la UNAM en las áreas de Ciencias de la Comunicación y Psicología, con experiencia en investigación, capacitación, psicoterapia, conducción de grupos, operación de proyectos sociales, desarrollo organizacional y clima laboral, seguimiento a programas institucionales, organización de eventos, makeup artist y mamá sin instructivo.