Los unicornios existen, al menos en el mundo del emprendimiento, y seguramente todos hemos estado en contacto con uno de ellos. Para emprendedores, inversionistas, policy-makers e investigadores académicos el concepto de unicornio es ya conocido, y se refiere a las compañías privadas que logran una valorización de más de mil millones de dólares pocos años después de su lanzamiento. Antes se pensaba que su aparición obedecía a características muy particulares de ciertos ecosistemas de emprendimiento regionales como Silicon Valley, Londrés o Tel Aviv; sin embargo, algunos de ellos han aparecido en América Latina en países como Colombia, Brasil y Argentina, donde las realidades para el emprendimiento son muy diferentes.

Según CB Insights, a la fecha existen unos 473 unicornios a nivel mundial y solo la suma de las valoraciones de los cinco más grandes se asemeja al PIB de países como Ecuador y se acerca al de Colombia. Los sectores de estas compañías incluyen inteligencia artificial, transporte, logística, e-commerce, telecomunicaciones, y Fintech.

Actualmente, los dos unicornios más grandes en el mundo se ubican en China: Bytedance, propietarios de la creciente red social TikTok; y Didi Chuxing, la famosa compañía de transporte que representa competencia para Uber. ¿Son reales las valuaciones multimillonarias para empresas como estas? Algunos creen que podemos estar ante una ilusión, ya que la base tecnológica y la lógica económica de algunos unicornios demuestran vulnerabilidad. Los ejemplos recientes incluyen el escandaloso fraude de Theranos, que ocultó sus retos para desarrollar la tecnología que prometió, y la reciente caída del valor de WeWork de $49 mil millones a $2.9 mil millones de dólares en menos de un año.

De acuerdo con Startup Genome, en su reciente informe sobre los ecosistemas de emprendimiento global, las compañías unicornio han pasado de aparecer en solo 4 ecosistemas regionales en 2013 a más de 80 en 2020. Silicon Valley es la región donde más emprendimientos de este tipo existen – 96 a Diciembre de 2019, seguida de Nueva York con 22 unicornios. Startup Genome reporta que estos ecosistemas vibrantes se caracterizan por numerosas salidas a la bolsa y mercados financieros sofisticados, alcance de mercado e internacionalización, conectividad, networking e infraestructura local, así como, acceso a experiencia, talento humano y conocimiento.

En Latinoamérica existen algunos ecosistemas emergentes que vale la pena tener en la mira: Sao Paulo (Brasil), Ciudad de México (México), Bogotá (Colombia), Buenos Aires (Argentina), Santiago (Chile). La actividad emprendedora colombiana ha permitido la aparición de dos unicornios nacionales: LifeMiles y Rappi, quienes a la fecha tienen una valoración de $1.150 y $1.000 millones de dólares, respectivamente. Brasil, como líder en la región, cuenta con siete unicornios y solo Nubank tiene actualmente una valoración de $10 mil millones de dólares.

La expectativa de crecimiento acelerado que está detrás del fenómeno de los unicornios muestra vulnerabilidades en el momento actual: la crisis generada por el Covid-19 recientemente puso en jaque a Airbnb y, en palabras de Brian Chesky – CEO de Airbnb, los 12 años que llevó la construcción de Airbnb fueron seguidos por seis semanas en las cuales perdieron casi todo. Los retos impuestos por la pandemia global son grandes para todas las empresas, pero parecen especialmente retadores para los unicornios cuyas valuaciones elevadas descansaban en expectativas sobre el futuro y no necesariamente en su comprobada rentabilidad o solidez del modelo financiero.

A favor de muchos de los unicornios está su orientación hacía la innovación, la tecnología y la digitalización, no obstante, ¿cuáles de estas empresas podrán construir resiliencia en el momento actual, cuando las opciones de crecimiento acelerado y el optimismo de los inversionistas internacionales se está enfriando? ¿Es probable que los unicornios que surgieron en ecosistemas de emprendimiento no tan perfectos en América Latina tengan mayor resiliencia en el momento actual? Es posible.

La experiencia de unicornios como Rappi y Mercadolibre durante la pandemia es económicamente positiva; para otros, como Nubank, la crisis ofrece espacios nuevos para fortalecer los vínculos con las comunidades que atienden, dando ayuda y soporte a las personas más vulnerables. Sin duda, el sector industrial y el modelo de negocio determinarán las condiciones en las cuales los unicornios pasarán por la situación actual; no obstante, las imperfecciones en los ecosistemas de emprendimiento en América Latina han contribuido a la resiliencia tan necesaria en estos momentos.

Por galuvi

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