No estás loco, ni es una ilusión mental. Sentir que alguien está mirando fijamente tiene un nombre científico: escopaestesia.

A todos nos ha pasado. Y la sensación no es agradable. Caminando por la calle. En el transporte público. Incluso, en la soledad de nuestra recámara por las noches: la mirada de alguien se nos clava en la espalda. A este sentimiento perturbador se le conoce como escopaestesia, y es un fenómeno psicológico documentado. Esto es lo que sabemos.

¿Realmente podemos sentir cuando alguien nos está mirando?

También conocido como ‘efecto de la mirada en la nuca’, la escopaestesia es la sensación de que alguien nos está observando. Puede ser en el silencio de un vagón en el metro, desde las profundidades de un salón de clases o a través de la mesa en la cena de navidad: la mirada es penetrante, y se puede sentir en el cuerpo.

Pareciera, incluso, que una energía externa se nos pegara a la espada. Algunos medios lo describen como un ‘sexto sentido‘, casi de supervivencia: saber que alguien nos observa podría ser las reminiscencias de un instinto animal para salir huyendo. Así que sí, claro que podemos sentir la mirada de los demás.

Aunque a todos nos ha pasado, existen pocos resultados concluyentes sobre la respuesta biológica detrás de la escopaestesia. Se sabe que esta sensación de que alguien nos observa nace de una compleja red neuronal, documenta la BBCasociada directamente al desarrollo de la mirada y comunicación humana.

Una cuestión de supervivencia

La primera vez que se documentó la escopaestesia fue en 1898, con las investigaciones del psicólogo Edward B. Titchener. El investigador documentó cómo era que sus alumnos sentían una especie de hormigueo cuando alguien más les observaba. Generalmente, en la parte anterior del cuerpo: en la espalda y la nuca, específicamente.

La sensación venía acompañada siempre de angustia, incomodidad o franca perturbación. A pesar de que existe evidencia empírica de que los seres humanos podemos sentir la mirada de los demás —incluso de otros animales—, hay científicos que descalifican esta habilidad.

Más que nada, porque se ha catalogado como un fenómeno ‘extrasensorial’. Es decir, que no se puede registrar con la vista, el tacto, el olfato, el oído o el gusto directamente. Visto así, se ha preferido registrarla como un síntoma más de psicosis o paranoia. Por esta razón, la escopaestesia se ha marginado al terreno de la parapsicología, la pseudociencia e incluso, de las teorías de conspiración.

Por galuvi

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