¿Cuántas veces nos hemos encontrado en situaciones que nos desgastan, nos roban energía o están en contra de nuestros valores e incluso atentan contra nuestra persona pero ahí seguimos?

Algo en nuestro interior nos envía señales de “esto no está bien para ti” y decidimos no escuchar y continuamos a pesar de la incomodidad o malestar que sentimos y que al paso del tiempo se va haciendo más evidente y profundo.

¿Qué tan leal eres a ti mismo? ¿Qué tanto te respetas? ¿Tus acciones están de acuerdo con tus principios? En una lista de prioridades ¿tus necesidades qué sitio ocupan? Estás preguntas parecen sencillas de responder y de manera espontánea es posible decir “claro que estoy yo primero” o “por supuesto que me respeto y actuó de acuerdo a mis principios”, sin embargo, cuando nos damos el tiempo de revisar más a fondo podemos observar que no siempre actuamos a nuestro favor y que en ocasiones atendemos a las agendas ocultas de los demás, dejándonos para el último.

Y no es que promueva el volverse egoísta, caprichoso, berrinchudo y vanidoso, simplemente el procurar cuidado a nuestra persona y atender las necesidades pertinentes para funcionar de la mejor manera, el preguntarnos si lo que hacemos está alineado a nuestros principios, valores y sueños, y si en lo que estamos participando es por elección propia o por cumplir con alguien más.

Y es que de manera muy frecuente nos encontramos operando con la agenda oculta de alguien más, cumpliendo con lealtades ajenas e incluso atendiendo compromisos que atentan contra nosotros. Más días de los que pudiéramos reconocer, nos dejamos para después, no nos defendemos a capa y espada y vamos dejándonos en último lugar, para cuando haya un poco de tiempo o espacio.

Y por supuesto que hay momentos y situaciones de excepción, sin embargo en el día común, valdría la pena preguntarse ¿qué tanto estoy hoy para mí? ¿Lo que estoy haciendo refuerza el compromiso de bienestar que tengo conmigo? ¿Qué tanto estoy actuando bajo mis principios o mis reglas? ¿Qué tanto esto que hago está de acuerdo con mis propósitos y sueños? ¿Estoy trabajando para mí o para los demás?

Y no es que sea un “¡al diablo los demás, voy sólo por mi!”, sino el estar muy al pendiente de no quedar desdibujados ante las necesidades de los demás o de las exigencias externas, de no pasar por encima de nosotros o dejarnos al último, de tomar conciencia de lo vital que es cubrirnos primero a nosotros mismos.

La lealtad con uno mismo debería ser un estilo de vida que nos permita el auto cuidado y el no perder el camino en la búsqueda de conseguir nuestros sueños, no te abandones, abrázate, sé tú prioridad y por supuesto, siempre apuesta por ti.

Escríbeme a [email protected]

También puedes seguirme en Twitter en @DeborahBuiza

Por Déborah Buiza

Especialista en Desarrollo Humano, con formación en la UNAM en las áreas de Ciencias de la Comunicación y Psicología, con experiencia en investigación, capacitación, psicoterapia, conducción de grupos, operación de proyectos sociales, desarrollo organizacional y clima laboral, seguimiento a programas institucionales, organización de eventos, makeup artist y mamá sin instructivo.