¿Te has preguntado por qué damos por sentado que una película de Disney es apta para niños aún sin haberla visto?
Te lo pondré así: imagina que tienes en tus manos dos películas para ponerle a una niña pequeña, una de una productora de la que no has oído hablar y otra de Disney. ¿Cuál película le pondrías?
Las dos películas son de dibujos animados, las dos son adecuadas para niños y las dos tienen buenos comentarios impresos en las cajas. La única diferencia es que confiamos en la película producida por Disney.
Es sencillo. La razón está en POR QUÉ Disney hace lo que hace. Disney existe para propiciar una diversión familiar buena y sana, y desde hace muchas décadas todo lo que dice y hace ha ido encaminado a demostrar esto.
Confiamos en Disney por algo muy sencillo: POR QUE SABEMOS EN LO QUE CREE.
Imagina ahora que todas las organizaciones empezaran hablando del PORQUÉ hacen lo que hacen.
Sin duda sería un mundo diferente, las decisiones serían más sencillas, la lealtad de los colaboradores sería enorme y la confianza no sería puesta en duda.
Por que los grandes líderes inspiran a la acción cuando encuentran su PORQUÉ inicial.
Es por eso que es PRIORITARIO que todos asumamos alguna responsabilidad en empezar con el PORQUÉ y motivemos a los demás a que hagan lo mismo.
El liderazgo requiere de dos cosas: PRIMERO una visión del mundo que aún no existe y SEGUNDO, la capacidad para comunicar esa visión.
Todas las decisiones que tomamos como líderes deben poder explicar el porqué y ese porqué debe estar también en cada mensaje que transmitimos a nuestros colaboradores.
Los grandes líderes como Steve Jobs (el fundador de Apple), Martin Luther King (el líder del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos) o los hermanos Wright (inventores de la aviación), todos ellos lograron el éxito porque tenían claro el porqué de lo que estaban haciendo.
Siempre debes recordar que el porqué es el objetivo final de lo que hacemos, lo que describe nuestra visión del mundo.
Muy poca gente sabe por qué hace lo que hace y cuál es el significado de su misión y su contribución al mercado. Esto se debe a que el porqué no es algo a encontrar, es algo a construir que, además, puede evolucionar con el tiempo.
Así es que lo que realmente se necesita para liderar e inspirar es buscar cuál es tu porqué, en qué crees tú. De esta forma podemos ayudar a la gente a tomar la iniciativa. Siempre debes explicar por qué es necesario hacer algo. Esto fomenta el sentido de pertenencia e inspira a la acción.
Si quieres inspirar a la acción puedes hablar de sus creencias, de tus convicciones profundas, del significado que las cosas tienen para ti. Al compartir tus ideas, podrás motivar al resto a seguir tus pasos y propuestas porque la primera persona que cree en lo que dice eres TÚ y eso generará confianza de tu equipo, hacia ti.