Condominios Puerto Vallarta

La inversión inmobiliaria y la llegada de turistas extranjeros a nuestros barrios siempre se ha visto como señal de progreso… hasta que las casitas típicas desaparecen y los condominios se reproducen como hongos. De pronto, quienes fueron turistas se vuelven vecinos; los vemos comprando fruta en el tianguis y hasta buscando ropa “de la paca”, que irónicamente viene de su país. Este es el fenómeno de la gentrificación.

Hace un par de semanas, en CDMX, un grupo protestó contra la gentrificación con violencia y pintas que decían “fuera gringos”. Las imágenes fueron incómodas, pero el problema de fondo no es nuevo.

En Puerto Vallarta, lo vi venir hace más de 15 años, cuando inmobiliarias comenzaron a comprar casas en el Vallarta Viejo. En mi invetigación como reportera, me aseguraron que construirían 18 condominios en unas cuantas cuadras. En ese entonces, la única preocupación era el agua. Nadie habló de desplazamiento ni de rentas impagables.

Hoy, una renta que costaba $3,000 solo se encuentra en la periferia. En el centro, los precios igualan a los de zonas de lujo. Locales comerciales del malecón ya resultan inaccesibles para los negocios tradicionales.

La gentrificación es como el cambio climático: la palabra nos rondaba desde hace años, pero no hicimos caso… hasta que nos alcanzó. Y no solo eso: también desplazó a quienes por generaciones llamaron hogar al Vallarta que ahora les resulta ajeno.

Por Lourdes Martínez

Egresada de en Ciencias de la Comunicación en la FCPyS de la UNAM, tengo diplomados en transparencia por el ITEI, el Congreso de Jalisco y la UNAM. He sido reportera y jefa de información en medios impresos en Puerto Vallarta, así como coordinadora editorial de medios digitales en la CDMX. Incursioné en la radio como co-conductora y productora de un podcats en Puerto Vallarta. Me especializo en política, elecciones, temas urbanos e historias de vida. Aficionada a la astronomía, la poesía, amor y el mezcal.