Qué es la intuición

Definir la intuición no es tarea fácil. Existen miles de estudios al respecto con teóricos de muy variadas disciplinas que se han dedicado a su estudio y descripción intentando descifrar la complejidad que supone dicho proceso. No obstante, podemos empezar diciendo que la palabra intuición proviene del verbo latino intueor que significa contemplar detalladamente. Está compuesto por el prefijo in, que indica interioridad, y el verbo tueor que significa velar y observar. Se podría definir entonces la intuición como la acción de contemplar detalladamente desde y por dentro.

La intuición según autores

Este tipo de contemplación de la vivencia en uno mismo requiere una conexión clara y sin impedimentos con lo que nos rodea. Osho la describe en su libro «Intuición» como la percepción clara y directa de la realidad sin interferencia alguna de la mente. Se trata, en realidad, de un funcionamiento humano que actúa mucho más allá de la lógica y el intelecto.

La intuición y la espiritualidad

En realidad, para muchas corrientes espirituales, la intuición es nuestra verdadera voz, habita en nuestro interior y sabe realmente qué nos convienen en cada momento. Es una guía que conecta a las personas entre sí y con todo el universo. Sin embargo, esta voz ha sido acallada con el paso del tiempo por la lógica y raciocinio por el valor dominante que se le ha otorgado en nuestra sociedad.

Cómo desarrollar la intuición y activar el sexto sentido

Albert Einstein decía «La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y ha olvidado el regalo»

El predominio del funcionamiento cognitivo en el ser humano supone una separación y disgregación de todo el conocimiento. El racionalismo es analítico y lo disecciona todo en partes para, según su planteamiento, acceder al conocimiento con mayor detalle.

El conocimiento intuitivo, por el contrario, requiere de una percepción global, de conexión de todas las partes, una percepción del conjunto. La intuición percibe señales que destacan entre la totalidad de lo percibido. Para ello, requiere de un ser integrado como un todo consigo mismo y con la realidad que habita. En este estado, las pequeñas señales que se manifiestan a través de la percepción intuitiva son detectadas.

Una persona intuitiva ha unido mente, cuerpo y espíritu en un funcionamiento único y es a través de esto y de la apertura de sus cinco sentidos que su intuición, el sexto sentido, percibe la realidad que le envuelve de un modo en nada parecido al funcionamiento racional: el pensamiento lógico funciona con asociaciones, deliberaciones, reglas, estructuras, etc; la intuición funciona con sensaciones, impresiones, emociones, sutilezas, etc.

Cómo desarrollar la intuición en los niños

En el caso de los niños y las niñas no se trata tanto de desarrollar la intuición como de no desconectarla. Son precisamente ellos los que más conectados están a este conocimiento intuitivo ya que los seres humanos nacemos totalmente conectados a este tipo de procesamiento perceptivo. Sin embargo, con el paso de los años, el desarrollo del pensamiento racional y la sobre-valoración que desde la educación y la sociedad en general otorgamos al pensamiento lógico provocan que la percepción intuitiva vaya perdiendo su fuerza y, con ello, su presencia. Se trataría, por tanto, de:

  • Confiar más en la innata capacidad intuitiva de los niños.
  • Dejar de lado nuestro raciocinio dogmático.
  • Dejar de lado nuestros esquemas mentales.
  • Atender y respetar las sutiles percepciones que los niños son capaces de experimentar al estar más conectados con esa parte universal del ser humano, su intuición.

Cómo desarrollar la intuición: 15 consejos

Desarrollar la intuición sería más tarea de los adultos que, por desatenderla en favor de la razón, nos hemos desconectado de ella. No obstante, habita en nuestro interior y únicamente se trata de volver a escucharla para recuperarla. Los siguientes consejos nos permitirán re-conectarnos con nuestra percepción intuitiva:

  1. Comodidad. Ponte ropa cómoda y coge una esterilla o cojín.
  2. Tranquilidad. Busca un lugar tranquilo en donde nadie te moleste durante mínimo media hora.
  3. Música. Puedes acompañarte de música relajante.
  4. Posición relajada. Siéntate con las piernas cruzadas y cierra los ojos.
  5. Atención. Observa qué ocurre en tu interior.
  6. Percepción. Escucha los pensamientos que pasan por tu mente, solo escúchalos.
  7. Sensación. Siente qué partes de tu cuerpo están tensas recorriendo poco a poco todo el cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Sólo observa.
  8. Presente. Escucha, siente, percibe lo que ocurre a tu alrededor (sonidos, ruidos, temperatura, etc)
  9. Respiración. Fíjate en la resipración.
  10. Contemplación. Respira profundamente mientras sigues observando lo que ocurre en tu interior, con tu cuerpo, con tus pensamientos (5-10 veces): inspira llenando tus pecho y pulmones y espira lentamente vaciándolos.
  11. Visualización. Sigue respirando profundamente y pídele a tu cuerpo que se hinche como un globo al inspirar y que la espiración arrastre toda la tensión de tu cuerpo fuera de tí (5-10 veces).
  12. Interés. Sigue observando todo lo que ocurre en tu interior: tensión/distensión corporal, pensamientos positivos o negativos, sensaciones,…
  13. Liberación. Inspira llenando tu pecho y elige abrirlo, abrir tu corazón espiritual. Ahí se encuentra la voz de la intuición.
  14. Curiosidad. Permanece en ese estado y observa
  15. Intuición. Fíjate en la diferencias que se producen en ti (emociones, sensaciones corporales, pensamientos) cuando tu corazón está abierto. Esas voces, sensaciones, etc. corresponden a la intuición. El resto de pensamientos, sensaciones, etc. surgen de las creencias y esquemas cognitivos que hemos desarrollado a lo largo de nuestra vida y que rigen de manera racional (y en muchas ocasiones absurda) nuestra vida.

Esta práctica, para que tenga efecto, es importante no solo practicarla habitualmente sino integrarla como parte de la propia vida. En realidad se trata de recuperar nuestro propio lenguaje original que quedó dormido al aceptar muchas de las directrices racionales de este mundo. También te pueden ayudar los siguientes ejercicios de mindfulness para principiantes.

Lo importante de esta práctica es aprender a diferenciar cuando nos habla la intuición (original e innato a nuestra esencia humana) y cuando nos habla la mente racional (producto creado por la asunción de creencias resultado de nuestra trayectoria de vida). La señal más importante para diferenciarlas es que la intuición siempre nos hará sentir en paz con nosotros mismos. Por el contrario, la mente en muchas ocasiones nos generará malestar (emocional, corporal, psicológico, etc). La importancia de este discernimiento va mucho más allá de recuperar la intuición. Supone un proceso de liberación personal, recuperar nuestra verdadera voz sanando, con ello, nuestras heridas.

Por galuvi

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